Si bien la Iglesia en Orissa anunció que las Santas Misas se desarrollarán normalmente en las parroquias el día de Navidad por la mañana y por la tarde, más de 50 mil cristianos, entre hombres, mujeres y niños, corren el riesgo de celebrar la Navidad como refugiados, escondidos en los bosques o aglomerados en los campos para refugiados, temiendo por su vida. No quieren por ningún motivo, en efecto, regresar a sus casas (muchas de las cuales han sido destruidas o expropiadas ilegalmente por los integristas hindúes) por miedo a nuevas agresiones, amenazas o violencias. Según las estimaciones de la Iglesia local, en Orissa 4500 casas de cristianos han sido quemadas y en 300 poblaciones la presencia cristiana ha sido eliminada totalmente, tanto en sus componentes humanos como en su estructura. El miedo de los cristianos se justifica por las ulteriores amenazas públicas y las provocaciones lanzadas en los días pasados por grupos integristas hindúes que han anunciado para el 25 de diciembre una importante manifestación para protestar contra el gobierno de Orissa que, según ellos, es el culpable de no haber identificado hasta el momento a los responsables del homicidio del líder hindú Swami Laxmanananada Saraswati.

La muerte del líder ha sido el pretexto que ha desencadenado la violencia de los radicales hindúes, que han acusado injustamente de homicidio a los cristianos. Los radicales hindúes se han opuesto además firmemente al anuncio dado por el gobierno de Orissa, que pretende inyectar fondos a la reconstrucción de las iglesias destruidas por la honda de violencia: los extremistas han protestado y amenazado con nuevas agitaciones en caso de que esto se lleve a término. Reina, pues, todavía el terror en Orissa —declaran a Fides algunas fuentes locales— junto con un estado de general impunidad, dado que la ideología anticristiana del Hindutva se ha filtrado también en el aparato burocrático del estado y en las fuerzas del orden. Por ello, la comunidad cristiana no deja de pedir al gobierno federal de la India protección y defensa de la libertad de conciencia y de religión. Los pedidos han sido escuchados por una delegación de alto nivel del gobierno indiano que visitó Orissa recientemente. La delegación estaba compuesta por el Ministro de Agricultura, de Asuntos tribales y de Justicia Social, los cuales, al constatar la situación, han prometido traer nuevamente la paz ante la difícil situación que se vive hoy en India oriental.