La puerta de la casa que queda en Sarmiento al 900 de Guaymallén estaba abierta. Pero en la planta baja no había nadie: "Sólo en la parte de arriba dimos con una bebé de unos 20 días que estaba sola, bien vestida y bien alimentada, en el interior de un moisés", explicó uno de los efectivos.La pesquisa -que lleva varios meses, según dijeron- está orientada a dar con una red de personas que se dedica a hacer abortos clandestinos y, aparentemente, a provocar nacimientos para después vender los bebés de madres que no quieren ser tales. Por el caso hay una enfermera de 36 años y una mujer de 50 detenidas y una médica prófuga. Además, dos bebés -una nena y un nene- fueron rescatados y están internados en el Notti. "Los delitos que acá se investigan son el de aborto y el de supresión de identidad", indicó Juan Carlos Caleri, el jefe de la Policía local.La esquina de Sarmiento y Pedro del Castillo se llenó de móviles policiales, de autoridades policiales pero de pocos curiosos: nadie quería hablar acerca de las personas que vivían en esa clínica supuestamente ilegal. "No sé, hace poco que viven allí -en referencia a un matrimonio que estaría a cargo de la morada- y en realidad no hablan con nadie", dijo una mujer que vive al lado.El otro bebéEste allanamiento no fue el único que se llevó a cabo ayer. En otra casa de Guaymallén, ubicada en calle Álvarez Condarco al 2000, la Policía dio con un bebé de meses que estaba en la casa contigua a la que pensaban allanar ya que en ese domicilio -donde viviría una médica- estaba vacío. "En la vivienda de al lado dimos con una mujer que trató de esconder al bebé debajo de la cama. Cuando lo descubrimos, la mujer se puso nerviosa y no supo explicar quién era el menor; como así que tampoco tenía partida de nacimiento ni nada parecido. Por eso es quedó ella detenida y el bebé fue llevado al Notti", siguió una fuente policial. En otra casa que queda en calle Aristóbulo del Valle al 1500 de Guaymallén se detuvo a otra integrante de la supuesta gavilla; esta mujer, por lo que pudo saberse, sería una enfermera que trabaja como tal en un hospital público.Del mismo modo, se supo que la supuesta red de aborteros y de parteros y vendedores de menores no se acabaría en estas dos casas: "Además, hubo procedimientos en otros tres domicilios de Guaymallén", informaron las autoridades, pero no dieron más detalles acerca del tema.El médicoHacia la noche, se esperaba en la clínica ilegal la presencia del fiscal con más apariciones mediáticas de los últimos tiempos: Eduardo Martearena. Pero hasta las 20 no había llegado desde Chacras de Coria.Entretanto, uno de los médicos de Policía Científica, José Pérez Valderrama, sí hacía su aparición para recorrer el interior de la clínica camuflada. En el acceso al inmueble, se podía ver lo que claramente sería una sala de espera en cualquier consultorio común, pero un poco más humilde: tres sillones poco cuidados que rodeaban a una mesa ratona en la que descansaban unas ajadas revistas de actualidad, y hacia el centro de la pared, un televisor de 28 pulgadas: todo para que los pacientes no se impacienten cuando esperan su turno.Siempre en la planta baja, pero en una habitación que hacía las veces de una pequeña sala de operaciones, se podía apreciar una camilla forrada con cuerina bordó para embarazadas, de esas que cuentan en uno de sus extremos con dos estribos de hierro para que las mujeres posen sus piernas y las mantengan así abiertas durante la intervención. En esa pieza había suero y otros elementos "que servirían para la concreción de los abortos", dijo una fuente. Aunque también se podía ver varias bolsas con pañales de talles menores: "Esos se los ponen a los bebés recién nacidos". En la pieza, pintada de color blanco, también había un reloj de pared bastante feo y detenido a las 12 menos cinco.DeclaraciónLas dos mujeres apresadas fueron alojadas en la U 32 de la Justicia Federal y de momento el expediente está caratulado como averiguación de hecho, pero se cree que se está ante los delitos de aborto y supresión de identidad. El fiscal Martearena les tomaría declaración de no mediar nada extraño.Como elementos probatorios, uno de los médicos de la Policía salió de la clínica clandestina con dos bolsas muy sórdidas: "En ellas había restos humanos y placenta", culminó uno de los jefes policiales.