Vecinos que residen en la manzana que comprende las calles: Ricardo Gutiérrez, Emilio Lamarca y Simbrón, de Villa Devotorecurrieron al periódico Devoto Magazine para difundir la situación que viven hace más de dos años.
Mirta Asaf, una de las damnificadas relata: “Principalmente el problema es por el alto volumen que realizan las ceremonias en el Templo Evangélico Cristiano sito en Ricardo Gutiérrez 3762. Antes los encuentros eran una vez por semana, ahora son todos los días menos los lunes. Si bien son puertas adentro, en mi casa participamos igual- a metros de distancia la vecina aclara- A nosotros no nos molesta lo que practiquen. No queremos escuchar los sermones ni la banda de rock, pero es imposible. Quiero leer, charlar, dormir, ver una película y no puedo. No hay derecho, no se pueden meter en la casa de uno”.

La relación con la iglesia no siempre fue mala. “En el año 1999 realizábamos en el salón del lugar las reuniones organizadas por la comisaría para tratar el tema de la inseguridad del barrio. El pastor Edgardo Mancini y su mujer siempre fueron muy cordiales”, asegura.
A comienzo del 2007, los vecinos recurrieron al Centro de Gestión y Participación Comunal Nº 11 para que intervenga. Bajo la dirección de Eusebi se convocó a las partes a una mediación. “La iglesia se presentó en la segunda citación y pudimos denunciar los ruidos molestos y la invasión del espacio público entre otras cosas. En esa oportunidad el pastor Norberto De Luca se comprometió a acustizar y a ejecutar los arreglos y acciones solicitadas por la abogada, como sacar los conos de las veredas”, cuenta Mirta mostrando la declaración firmada en agosto del 2007.

Ante el incumplimiento de lo acordado en la mediación, los vecinos juntaron firmas y presentaron otra denuncia al CGPC con fecha 31 de diciembre del 2007, en referencia a los problemas de convivencia con el templo evangélico. El director, Carlos Guzzini, sólo declaró al respecto: “Espero una pronta solución”.
Mariana Tsiaculias, vive en el lote lindante, declara: “Lo ultimo que queremos es enfrentarnos, sólo pedimos que hagan las obras necesarias para que ellos puedan seguir con sus actividades sin molestar a los vecinos. No creo que eso sea algo tan grave en términos económicos, y sin embargo es muy importante para que podamos convivir como buenos vecinos”.