El arzobispo de esa región, Tito Solari, explicó que el sacerdote José Mamani Ochoa "ha cometido delitos contra menores y fue suspendido del ministerio sacerdotal a fines de abril, por tenencia de menores, apropiación indebida de bienes eclesiásticos y por falsificación de documentos".
La Iglesia católica "abrió un proceso interno el 14 de junio y se descubrió probables delitos contra menores. Ante ellos la Iglesia asumió su obligación de presentar la correspondiente denuncia ante la fiscalía", agregó en rueda de prensa.
El mayor de la policía, Boris Bellido, informó a los periodistas que el cura es sospechoso de violar a 17 menores de edad -aunque sólo cuatro presentaron su denuncia formal-, y se le realiza un proceso ante la justicia boliviana.
"Lo rescatable de este caso es que el arzobispado ha reconocido y ha denunciado una serie de delitos, desde la trata y tráfico de personas, violación, estupro, abuso deshonesto y otros, que podrían sumar de 25 a 30 años de cárcel fácilmente", añadió.
Este es el segundo caso que la justicia boliviana juzga a un sacerdote católico. En abril, un cura fue condenado a 10 años de cárcel en la región sureña de Chuquisaca tras haber sido encontrado culpable de abuso deshonesto y corrupción agravada de tres menores.