Hay excepciones: malos tratos, abusos o delitos similares por parte de los padres hacia la menor. Es un matiz tan peligroso como innecesario, ya que en esos casos se supone que los monstruosos padres habrían perdido la patria potestad.

El CGPJ tiene las mejores intenciones en su consejo, pero alienta las denuncias falsas. Siempre pasa: hecha la ley, hecha la trampa. Pero en este caso la trampa es la ley en sí. El Gobierno sigue apostando por el conflicto en la familia como camino directo de la mujer hacia la igualdad.