Las restricciones los orillan
Desde que el 12 de noviembre de 2008 se autorizó la celebración de bodas homosexuales en el estado de Connecticut, 139 parejas del mismo sexo se han registrado y casado ya en Greenwich, una localidad de apenas 61 mil habitantes que se encuentra a tan sólo media hora en tren o automóvil de Manhattan.Según datos revelados hoy por The New York Times, de todas esas uniones, tan sólo tres fueron entre personas de Connecticut, mientras que en la mayoría de los casos se trataba de gente que vive en Nueva York, donde, junto a San Francisco, se encuentra una de las mayores comunidades de homosexuales de Estados Unidos.
En el estado de Nueva York las parejas del mismo sexo aún no se pueden casar, pero el gobernador, David Paterson, ordenó el año pasado que los organismos públicos reconocieran la validez de ese tipo de uniones celebradas en cualquier otro lugar.El Senado de Nueva York estudia estos días un proyecto de ley que ya cuenta con el visto bueno de la Asamblea estatal por el que se autorizarían las bodas homosexuales en este estado.Greenwich es la primera localidad de Connecticut a la que se llega desde Nueva York, tanto en tren como en automóvil, al tiempo que el Ayuntamiento y su entorno resultan muy atractivos para celebrar allí un enlace matrimonial.Ambos motivos parecen ser la causa de esta elevada afluencia de neoyorquinos a Greenwich, donde hasta el momento han tenido lugar una de cada cinco bodas entre homosexuales celebradas en Connecticut, pese a que en esa localidad sólo vive el 2 por ciento de la población del estado.Aún no ven ganancias económicasSin embargo, esta afluencia aún no ha repercutido muy positivamente en los negocios de Greenwich, porque, en general, las parejas que llegan de Nueva York asisten a una breve ceremonia y acto seguido se vuelven a la Gran Manzana a festejar su unión.Los jueces de paz de Greenwich, en cambio, sí celebran muchas más bodas en los últimos meses debido a la demanda de parejas homosexuales procedentes de Nueva York.Una de esas juezas de paz, Elizabeth Bonsal, aseguró al diario neoyorquino que sólo el lunes pasado casó a 27 parejas del mismo sexo."En cerca del 90 por ciento de bodas gays que he celebrado, a alguno de los contrayentes, si no a los dos, se les saltaban las lágrimas durante la ceremonia, algo que entre las parejas heterosexuales ocurre sólo de vez en cuando, porque a ellas no se les ha negado ese derecho", apunta Bonsal.El pasado 3 de junio Nuevo Hampshire se convirtió en el sexto estado de Estados Unidos en legalizar los matrimonios homosexuales, siguiendo así a Massachusetts (el primero, en 2004), Connecticut, Maine, Vermont y Iowa.En California, la Corte Suprema del estado los permitió en 2008, pero después de que los ciudadanos lo rechazaran en un referéndum, el mismo tribunal las prohibió de nuevo ese tipo de uniones en mayo de 2009.