Las clínicas de fertilidad y los programas de madres sustitutas para el embarazo reportan un mayor interés entre los hombres gay, mientras que las parejas homosexuales que ya tenían hijos se casan — o lo consideran — para dar mayor seguridad a sus hijos."Queríamos que nuestra hija supiera que sus padres están casados. Eso era importante para nosotros", dijo Tommy Starling de Pawley's Island, Carolina del Sur, casado con Jeff Littlefield, su pareja por 12 años. Su boda se realizó en Hollywood, California.Entre los asistentes a la ceremonia se encontraba su hija, Carrigan, que nació en California hace dos años.Starling afirmó que él y Littlefield habían intentado adoptar un niño en Carolina del Sur, pero enfrentaron hostilidades contra gays y prefirieron convertirse en padres por medio de un programa de madres sustitutas, coordinado por la organización Growing Generations, cuyas oficinas centrales están en Los Angeles.Desde 1996, Growing Generations ha puesto en contacto a numerosas parejas de hombres gay con madres sustitutas. Las madres reciben un pago para portar un embrión producido con un óvulo de una donadora y fertilizado con el esperma de uno de los clientes, que se les implanta para su desarrollo durante el embarazo."Nuestro camino a la paternidad no fue fácil, ni barato, ni divertido", escribieron Starling y Littlefield. "El resultado, sin embargo, ha sido la más increíble experiencia del mundo, que nuestra amada hija nos llame papi y papá".Para las parejas de lesbianas, la maternidad biológica es, por lo general, mucho más sencilla que para los hombres homosexuales, ya que no necesitan de una madre sustituta, que puede costar hasta $150,000, y tampoco enfrentan los complejos trámites legales que implica la firma de un contrato con la madre sustituta."Todos los aspectos involucrados con los hombres son mucho más complicados", dijo Gail Taylor, presidenta y fundadora de Growing Generations.Taylor cree que la opción del matrimonio llevará, con el tiempo, a un número mayor de padres gays biológicos."Las generaciones futuras sabrán que pueden enamorarse, casarse, tener un hijo ... Claro que sí, ese se convertirá en el estilo de vida más de lo que ya es", agregó.Starling, de 36 años, y Littlefield, de 52, enfrentan la posibilidad de que su matrimonio no sea reconocido a corto plazo en Carolina del Sur, donde las leyes prohiben el matrimonio entre parejas del mismo sexo.En contraste, Joe y Brent Taravella tienen tres hijos en South Orange, Nueva Jersey, y ya realizaron una unión civil. Ambos esperan con optimismo que Nueva Jersey legalice pronto el matrimonio entre parejas del mismo sexo."Como pareja con hijos, realmente entiendes la importancia de eso, intentamos tener todas las defensas posibles", dijo Joe Taravella.Tienen tres hijos gestados por madres sustitutas: una niña de dos años y dos gemelos nacidos en mayo del 2007."Mis familiares gritaban de la emoción cuando se enteraron que íbamos a ser padres", dijo Joe Taravella. "Creo que aún tenemos algo que demostrar, enseñarle a Estados Unidos que podemos hacer una gran labor con esos niños".Tanto Brent como Joe Taravella donaron esperma para la inseminación de sus hijos — una práctica a bastante común entre las parejas gay masculinas, que afirman no darle importancia a cuál resulte ser el padre biológico. Otras parejas prefieren tener dos bebés biológicos simultáneamente, por medio de la donación de esperma de ambos padres y la contratación de dos madres sustitutas.