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La asignatura pendiente de Chile

viernes, 26 de junio de 2009 , Posted by Agencia la Voz at 15:53


Por Andrés Oppenheimer


EE.UU-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) Todo parece indicar que a fines de este año Chile se convertirá en el primer país sudamericano en ser aceptado en el club de los 30 países más ricos del mundo. Sin embargo, por asombroso que parezca, los chilenos no parecen estar saltando de alegría por la noticia, ni se presentan a sus vecinos como un país modelo.


Según funcionarios de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), la institución con sede en París que agrupa a los países más desarrollados del mundo, Chile podría ser aceptado como miembro pleno en la reunión que se realizará el 18 de diciembre.
La OCDE espera que el Congreso chileno apruebe antes de esa fecha tres medidas pendientes para cumplir con los requisitos de admisión, incluyendo la adhesión a las reglas de intercambio de información impositiva y a los estándares de gobierno corporativo de los países miembros. Los funcionarios chilenos esperan que estas medidas sean aprobadas antes de Di-
ciembre.
Chile ha sido discreto --por no decir tímido-- con respecto a sus logros económicos. A diferencia de cualquier otro país latinoamericano, la economía de Chile ha crecido sostenidamente en las dos últimas décadas, y está a la cabeza en casi todos los rankings latinoamericanos de competitividad. Lo que es más importante aún, Chile ha reducido su índice de pobreza desde un 39 por ciento de la población en 1990 hasta 13 por
ciento actual.
No obstante, a diferencia del presidente venezolano Hugo Chávez --quien anda por el mundo proclamando que el reciente crecimiento de su país, impulsado por los precios mundiales del petróleo, es ``un modelo revolucionario''-- la presidenta chilena Michelle Bachelet ha sido reacia a la evangelización política en el exterior. La última vez que la entrevisté, en el 2007, por momentos parecía estar disculpándose por los logros de su país, y los suyos
propios.
Tal como me dijo un vez en privado un ex presidente chileno, Chile no se jacta de sus éxitos porque teme que sus vecinos más grandes lo vean como un signo de arrogancia.
¿Cambiará eso ahora? A principios de esta semana, mientras el presidente Barack Obama se reunía con Bachelet en la Casa Blanca, y decía que Chile es ''un ejemplo para todos nosotros'', le formulé esa pregunta a Juan Gabriel Valdés, director de la Fundación Imagen de Chile. La institución público-privada fue creada en abril para promover la imagen externa de Chile.
Cuando le pregunté por qué Chile no se ha vendido bien al resto del mundo --ocupa el puesto número 38 entre los 50 países en el reciente ranking Marca País Anholt, una encuesta mundial sobre la imagen de los países en el exterior-- Valdés me dijo que el motivo podría tener
que ver con la idiosincrasia chilena.
Chile está rodeado de montañas, agua, hielo y un desierto, y eso puede haber contribuido a su naturaleza insular, explicó.
''Es un país en el que la gente tiende a tener cierta modestia... No es Chile un país que salga de manera estentorea a contar sus gracias por el planeta. Le cuesta mucho'', dijo Valdés. ``Ahora, dicho esto, hoy día hay conciencia en Chile que, tanto para la venta de nuestros productos como para que podamos adquirir una influencia mayor en organismos internacionales, se hace necesario hacer una narrativa de Chile que sea más eficaz''.


En cuanto a porqué Chile ocupa un lugar tan bajo en la encuesta sobre la imagen de los países, Valdés dijo que se debe a que poca gente en otras regiones conoce a Chile. Mientras muchos a Argentina por Diego Maradona, o a Brasil por su música, Chile resulta más difícil de individualizar, agregó.
Cuando le pregunté cuál ha sido el secreto de Chile para crecer y reducir la pobreza, Valdés respondió que la explicación es en gran parte política: el país fue capaz de crear un consenso nacional en torno a algunas cuestiones esenciales, como la economía de mercado, la democracia y las políticas sociales. La estabilidad ayudó a atraer inversores, y eso contribuyó al crecimiento.
Más recientemente, Chile también adoptó políticas económicas anticíclicas, ''ahorrando en los años de vacas gordas para los años de vacas flacas'', añadió.


Mi opinión:

la probable aceptación de Chile en el club de países desarrollados será una excelente oportunidad para que el país no sólo mejore su imagen en el exterior, sino también para que promocione sus logros y levante el perfil de su política exterior.
Con pocas excepciones --como la desafortunada decisión de Bachelet de inaugurar una feria del libro en Cuba, una dictadura que prohíbe miles de libros--, Chile ha votado a favor de la democracia y de los derechos humanos en los organismos internacionales. Esperemos que ahora tenga más autoestima y se haga escuchar más alto. El resto de Latinoamérica lo necesita con urgencia.

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