Desde el año 2007, Lila Rose ingresa a clínicas abortistas de distintos estados y se presenta como una menor de edad embarazada de un adulto, un hecho que para la legislación estadounidense constituye un delito y que debería ser denunciado ante la policía.
Con cámaras y micrófonos ocultos, Rose ha registrado la conducta del personal de varias clínicas abortistas que en vez de denunciar a su eventual abusador por haber embarazado a una menor de edad, no presta atención al relato de la adolescente, omite la información en el registro de la paciente y le ofrece abortar.
Live Action, la fundación que Rose encabeza, ha logrado que el fiscal general de Arizona abra una investigación oficial sobre una clínica de Planned Parenthood en Tucson.
La joven recuerda que en su primera operación encubierta "estaba sola y tenía una grabadora de audio en el bolsillo y una vieja cámara de video en mi cartera. No tenía miedo, quería saber qué pasaría. Siempre soñé con ser útil en la lucha contra el aborto", indicó.
Según Deal W. Hudson, de InsideCatholic.com,la joven explicó que debido a esta medida de los abortistas hace un tiempo debió teñirse el cabello para no ser reconocida. Es así que Lila Rose ha puesto en alerta a la cadena Planned Parenthood, la cual, según Hudson, exhibe una fotografía de Lila Rose en sus paredes, "como si se tratara de un criminal".
Rose asegura que aún tiene mucho material que no ha difundido. "Planned Parenthood es el principal proveedor de abortos del mundo y debería asumir su responsabilidad. Peor no queremos mostrar solo a víctimas de abuso sexual sino a la víctima que es el niño por nacer", indicó.

Video en ingles: http://www.youtube.com/user/LiveActionFilms