EE.UU-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) Casi la mitad del millón de personas que se convirtieron en ciudadanos norteamericanos durante el año 2008 eran latinos, según ha informado NALEO (Asociación Nacional de Latinos Designados para Cargos Institucionales, en sus siglas en español), una asociación que reúne a docenas de cargos electos latinos y tiene como objetivo fomentar la participación de los hispanos en actividades cívicas.

En concreto, 461.317 latinos adquierieron la ciudadanía de los EEUU durante el año pasado, lo que representa un aumento del 58% respecto a los datos del 2007.
"Los latinos que se nacionalizan están ansiosos por demostrar su compromiso con los EEUU al convertirse en participantes de pleno derecho en la vida cívica de nuestra nación", ha declarado Arturo Vargas, presidente de NALEO.
Como es habitual, la mayoría de estos 'nuevos norteamericanos' eran originarios México -en concreto, 231.815-, pero hay que destacar que hubo un crecimiento espectacular del número de cubanos, pues la cifra de 39.871 personas representa un aumento del 160% respecto al 2007. La mayoría de los nuevos ciudadanos estadounidenses de origen latino viven en los estados de California y Florida.
Los datos se han extraído de un informe del Departamento de Seguridad Interior, que atribuye el aumento general de demandas de naturalización de 2007 a dos factores: al anuncio del aumento de la tasa de 330 dólares a 595 que se realizó aquél año; y a los mayores esfuerzos de los medios de comunicación y organizaciones latinas en este sentido de cara a las elecciones del 2008.

Decisivos en la victoria de Obama
De hecho, la comunidad latina jugó un rol importante en la elección de Barack Obama como presidente de los EEUU, ya que no sólo participó en mayor medida que en 2004, sino que su apoyo al candidato demócrata pasó del 55%, a cerca del 68%.
Para conseguir este gran apoyo, Obama prometió que durante su primer año de presidencia impulsaría una reforma de las leyes de inmigración que permitieran un acceso a la residencia legal a los millones de inmigrantes ilegales que residen en el país. Según informaba ayer The New York Times, la Casa Blanca no ha olvidado su promesa, y está planificando cómo llevarla a cabo, si bien reconoce que la economía y la reforma sanitaria serán sus prioridades más importantes durante los próximos meses.
Según muchos analistas, la apuesta resulta arriesgada en una coyuntura como la actual, con una grave crisis económica y un aumento progresivo de la tasa de paro. "No parece racional que un líder político diga que vamos a dar a millones de trabajadores extranjeros acceso permanente a los trabajos en EEUU, cuando tenemos a millones de norteamericanos buscando empleo", sostiene Roy Beck, director de NumbersUSA, una organización que aboga por reducir la inmigración.
A pesar de la oposición que levantará la iniciativa, sobre todo entre las filas republicanas, la administración Obama parece dispuesta a abrir próximamente el debate sobre este asunto, lo que podría ayudarle a solidificar su apoyo entre la comunidad latina de cara a su reelección en 2012.