En entrevista previa al convivio navideño con personas de la tercera edad, explicó que no están a favor del suicidio, sino a favor de que cuando una persona enferma sólo esté sufriendo y sin expectativas, sus familiares y los médicos puedan decidir dejar de darle vida artificial.Consideró que cuando una persona tiene años de estar en vida artificial, "esa no es vida", ya que la vida no es sólo existir, sino también disfrutar.

Subrayó que sus iglesias evangélicas en Europa aceptan estas decisiones cuando los médicos y los familiares desean terminar ese sufrimiento para el paciente.Por ejemplo, dijo conocer el caso de un enfermo postrado en cama aquí en México, quien no ve, no oye, se alimenta con sonda y sólo respira, pero no hay quien se atreva a quitarle lo que le hacen los médicos para darle vida artificial."La vida que Cristo nos da es una vida para disfrutar, y la muerte es el final de alguien que ya no puede vivir", insistió.