En un ambiente distinto, Larrañaga contestó preguntas relacionadas a su actividad política, pero también tuvo que hablar sobre cuestiones personales que, por momentos, obligaron a que dejara a un lado el trillado discurso preelectoral.
"¿Cuándo sintió más fuerte la presencia de Dios?", inquirió uno de los pastores del Centro Cristiano Peniel. Sentado en el centro del escenario y altar del templo religioso, el precandidato blanco no dudó en responder que eso ocurrió durante los últimos días de vida de su hermana menor que, relató, murió en sus brazos (tenía cáncer) y le encomendó el cuidado de sus dos hijos.
Fue un momento emotivo que sensibilizó a muchos de los feligreses que fueron a escuchar al precandidato blanco a la presidencia de la República. La iniciativa de la iglesia evangélica está inspirada en las recientes elecciones norteamericanas.

En ese contexto, el pastor Rick Warren invitó a su iglesia a los candidatos presidenciales Barack Obama y John Mc Cain a contestar inquietudes de los religiosos.
El cuestionario a Larrañaga recorrió diferentes tópicos: desde cómo atraer inversiones extranjeras al país, cuál es su posición sobre el Mercosur, qué características deben reunir los integrantes de su equipo de gobierno y hasta si "disfrutó" del encuentro que mantuvo meses atrás con el líder frenteamplista José Mujica.

También se le preguntó sobre su postura frente al aborto y a la posibilidad de que parejas homosexuales contraigan matrimonio. Larrañaga se manifestó contrario a ambas opciones y aclaró que él, al igual que Tabaré Vázquez, también vetaría cualquier ley de despenalización del aborto.
Destacó que la Iglesia debe jugar un "rol fundamental" para estimular políticas sociales en lugares a donde "el Estado no puede penetrar". Y se comprometió a promover su participación.