La artista acaba de volver de un viaje "intenso" de tres días a la RDC donde pudo escuchar de primera mano los terroríficos relatos de las víctimas de los enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes en Kivu del Norte. "He escuchado a niñas de diez años contándome como las han violado, de chicas que son violadas todas las tardes por los mismos soldados, de mujeres embarazadas que han perdido sus bebés y sus maridos las han abandonado precisamente por eso, han llegado ha violar hasta un niño de un año!", se exclamó. "Son atrocidades indescriptibles", agregó Farrow. La actriz explicó el drama de familias "que han tenido que huir hasta diez veces" a causa de los combates. Según los datos del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), ya son 300.000 las personas desplazadas desde agosto, cuando se recrudecieron los combates, y más de un millón el total de ciudadanos de Kivu del Norte que han tenido que abandonar sus hogares.

Preguntada sobre si lo que ocurre en ese país africano es o no un genocidio, Farrow comentó que "las palabras no son importantes sino los hechos", y se refirió al hecho de que desde 1993, han muerto más de cinco millones de personas en Kivu del Norte. "La situación es desesperada", sentenció la actriz. Farrow se abstuvo de hacer declaraciones sobre los cascos azules desplegados por Naciones Unidas en la RDC, y cuyo destino y eventual ampliación es debatida hoy en el Consejo de Seguridad de la ONU. Lo que sí dijo varias veces es que la población "necesita protección, y paz, pero sobre todo protección", por lo que hizo una llamamiento a la comunidad internacional para que actúe para parar los combates y sobre todo el sufrimiento de la población. "Si se llama comunidad internacional es para que honre su nombre, comunidad significa tener la responsabilidad de actuar y ayudarse unos a otros", aseveró Farrow, quien se lamentó "de la apatía y de la falta de voluntad política" de esa misma comunidad