«La política no sólo está hecha de valores y de ideas, pero cuando la política carece de valores degenera en corrupción, y cuando carece de ideas degenera en sectarismo. Una política sectaria merece el rechazo ciudadano. Y una política corrupta merece el rechazo ciudadano y el castigo de la Justicia», dijo en su discurso.
Aznar hizo una referencia expresa a la nueva ley del aborto tras apelar a la importancia de la familia y de la condición humana. Por esta razón, manifestó «éste es uno de los errores más graves de la nueva ley: alentar la soledad de los menores cuando más necesitan la compañía de sus padres», en referencia a que las adolescentes de entre 16 y 18 años no deban ni siquiera informar a sus padres para poder abortar. Agregó además que «pretender la existencia de un derecho al aborto constituye una mayúscula agresión a la dignidad de las personas y a su derecho a la vida».

«Renegado de la ética»
Para Aznar esta ley ejemplifica que el poder «ha renegado de la ética, ha elegido la mala política y ha perdido su lugar en una sociedad de ciudadanos libres a cuyo servicio debiera estar». La corrupción también ocupó buena parte de su discurso en la Universidad Católica San Antonio, por entender que «atenta» contra el corazón mismo de la buena política. En este sentido, afirmó que «debemos exigir que quienes ocupan cargos de responsabilidad acrediten algo más que su presunción de inocencia. Quien solicita el voto solicita mucho, y a cambio debe dar mucho». Por ello pidió a los partidos que «pongan el máximo celo en detectar y desautorizar a los vividores de la política que a todos nos repugnan».