Ecuador -. ( AGENCIALAVOZ.COM ) A William Araujo le emociona hablar de Jesucristo. Cuando comparte su creencia se apasiona y su timidez desaparece. Comienza a predicar con un estilo similar a los pastoress. “Jesús me ayudó a encontrar un sentido a mi vida, un propósito.

Tenemos una recompensa en el cielo y eso es más importante que los bienes materiales”, dice.
Desde 2003, el ex jugador de El Nacional y Azogues abrazó el evangelio. Hoy es un fervoroso seguidor que no oculta su fe: su vehículo Mazda 3 está lleno de calcomanías con mensajes cristianos. Sus autógrafos también evidencian su credo: “Araujo William (15). Cristo te ama”, escribe, una y otra vez, en las camisetas y papeles que extiende a los hinchas.
Esa creencia se extiende a las concentraciones, según confía Piedad Mora, la ama de llaves del complejo de Pomasqui. “Es común verlo leyendo la Biblia o libros cristianos. En la concentración siempre comparte con Henry León, que también es cristiano. Ellos son bastante tranquilos”.
‘Willy’ cree que lo más importante es compartir su fe con sus compañeros. En los largos días de concentración, utiliza la Internet para bajar música cristiana o para leer libros. Actualmente lee ‘Una vida con propósito’, del autor cristiano Rick Warren.

Como el volante, en los equipos es común encontrarse con jugadores que se acercan a Dios, en su mayoría siguiendo los preceptos de las Iglesias Evangélicas. Dios es su fortaleza y a él se encomiendan siempre: le piden ganar los partidos, pero sobre todo evitar lesiones.
Los Atletas de Cristo, un grupo de futbolistas evangélicos, también enseñan a los más jóvenes sobre Dios. Fricson George es uno de los ‘atletas’ más representativos. El ex lateral de Barcelona ya tiene una estrategia para captar más adeptos: “Por el momento solo estoy conociendo a mis compañeros y después los invitaré a formar parte de nuestros estudios.
Las reuniones a las que se refiere el lateral empezaron a darse el pasado martes en la casa de Lisandro Torres, también defensa de El Nacional. En su departamento ubicado en la avenida República del Salvador, él y George evangelizan a un grupo de jugadores de El Nacional y a otras jóvenes figuras de Espoli y Liga.

Torres reconoce que juveniles criollos como Fabricio Guevara y Elvis Pata han sido invitados a las reuniones. “Más que una religión nosotros queremos que ellos aprendan una forma de vida, un estilo para ser más responsables y mejores personas y profesionales”.
Fricson Erazo es uno de los jóvenes que también abrazó la religión como forma de vida. El espigado jugador cuenta que desde pequeño tuvo conocimientos cristianos y ello le ha servido para crecer. “Tengo un norte definido: quiero seguir a Cristo, pero además ser un gran jugador y sé que lo puedo lograr porque el Señor me ayuda”.

Julio Ayoví es uno de los más fervientes creyentes del equipo. El lateral conoció a Dios hace un año por el impulso de Edwin Hurtado, un ex jugador policial.
“Dios ha ordenado mi vida y me permite salir con éxito en los partidos. Por ello, no puedo quedarme callado y debo compartir con mis compañeros mis creencias”.
Hurtado fue su maestro en la enseñanza bíblica, pero ahora Ayoví tiene un discípulo: Keneth Arce. El jugador empezó a conocer de Dios y dice que su comportamiento está cambiando.