CONGO-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) Los equipos de Médicos Sin Fronteras asisten a las víctimas de los ataques tanto en la RDC como en Sudán meridional. Desde hace varios meses, los violentos ataques de los rebeldes ugandeses del Ejército de Resistencia del Señor (LRA) en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC) se han ido volviendo cada vez más frecuentes.

Cientos de personas han sido asesinadas y miles se han fugado.Según las Naciones Unidas y diversas organizaciones humanitarias, más de 500 personas han sido asesinadas y más de 400 niños han sido raptados durante los recientes ataques en torno a la ciudad de Dungu en la RDC nororiental. En octubre del 2008 MSF inició a trabajar en Dungu y en este momento 5 operadores internacionales y 12 operadores congoleses brindan asistencia a las personas afectadas por la violencia.Los equipos de MSF sostienen las estructuras sanitarias locales en Limay, Ngilima, Bangadi, Fradje y Doruma y brindan asistencia a las personas evacuadas con un sistema de clínicas móviles en tres localidades al sur de Dungu. MSF sostiene los hospitales de Dungu, Fradje y Doruma. En las zonas más peligrosas no alcanzables por tierra, los equipos de MSF evacuan por vía aérea a los pacientes más graves. Sin embargo, muchos de los ataques a Banbadi, Doruma y Faradje son tan violentos que quedan pocos supervivientes.

Los ataques han provocado además la fuga de miles de personas hacia Sudán del Sur.Los equipos de MSF han brindado apoyo a las clínicas de Sature y Gangura y habían además puesto en funcionamiento un programa de clínicas móviles en la frontera con la RDC para poder llegar a más personas. En enero cerca de 2 mil refugiados llegaron a la ciudad de Ezo. Un equipo de MSF efectuó una rápida evaluación y distribuyó ayudas alimentarias a niños bajo los cinco años que mostraban signos de malnutrición. MSF distribuirá cubiertas y mosquiteras y continuará vigilando la situación, interviniendo si es necesario
Médicos Sin Fronteras es una organización no gubernamental fundada en Francia en 1971 por un grupo de médicos con la idea de que todo el mundo tiene derecho a una asistencia médica, independientemente de su origen social y del país donde vive.

Se dedica principalmente a la ayuda a poblaciones en situación precaria y a las víctimas de conflictos, hambrunas y catástrofes de origen natural. Su experiencia médica comenzó en la guerra de Biafra (1968 - 1969) dentro del dispositivo de la Cruz Roja Internacional
Fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 1999. El comité Nobel de Noruega se lo concedió por ser pionera en el trabajo humanitario en varios continentes.
Actualmente, cuenta con dos millones y medio de socios, dos mil voluntarios trabajando en programas humanitarios en setenta países y otros mil en labores administrativas. Previene y trata algunas enfermedades como la tuberculosis, el SIDA y la meningitis