Con esa posición, expresada en un ensayo publicado hoy por el “Süddeutsche Zeitung”, Graf se distancia de su propia iglesia, en medio de una discusión en torno a varios proyectos de ley sobre el tema que deberán discutirse en el Bundestag.
“Con frecuencia, desde un punto de vista teológico, se califica la vida como un regalo que el ser humano ha recibido de las manos de Dios. Pero, ¿quien recibe un regalo no puede disponer libremente del mismo? ¿Y por qué no puedo poner mi vida otra vez en las manos de Dios?”, se pregunta Graf en el ensayo.
Graf dice que las dos iglesias, a las que incluso los no creyentes conceden una gran autoridad moral en Alemania, no han respondido a las expectativas sociales en lo que se refiere al tema de la eutanasia -habla de la “ayuda a morir” evitando una palabra que fue contaminada por el uso que le dieron los nazis-.