Sabino es árbitro internacional desde el año pasado. Pero más allá de este éxito, el árbitro es conocido por expresar su fe en todos los sitios que puede. Suele llevarse la Biblia a los partidos, e incluso en sus tarjetas amarillas y rojas se puede leer la frase “Dios todo lo puede”. En el seno de la AFA (Asociación de Fútbol Argentino) no son pocos los que lo consideran “un bicho raro”. Y algunos dirigentes de clubes le quieren lo más lejos posible de sus equipos. Hace una semana, dos representantes de importantes conjuntos de Primera División le pidieron al presidente de la AFA, Julio Grondona, que Sabino no vuelva a dirigir partidos. Sabino, con su particular estilo, contestaba el día siguiente en radio La Red, una emisora argentina, en la que decía, entre otras cosas: “Mi vida pasa por estar constantemente con Dios, yo dejo todo en manos de Dios porque estoy muy en paz. Me puedo equivocar humanamente en el campo de juego, pero estoy en paz con Dios”. A partir de estas declaraciones, muchas más quejas contra Sabino han llegado al presidente de la AFA, en las que se pide congelar a Sabino. Según los dirigentes, interpretan que su “misticismo” lo lleva a eludir la autocrítica, ya que para él todo sería voluntad de Dios, aunque el no deja de reconocer su posible falibilidad humana. Por lo pronto, Sabino fue parado temporalmente por el Colegio de Árbitros, por la floja actuación que tuvo en su último partido, y este fin de semana no ha dirigido ningún partido. Pero en la AFA circula el fuerte el rumor de que no volverá a dirigir al menos hasta mitad de año.