Estos trabajos no aportaban información concluyente debido a la escasez de datos oficiales al respecto, por lo que los investigadores elaboraron un modelo de análisis que permitiera realizar una estimación real de la incidencia del problema en el año 2001.
A través del registro nacional de hospitales, obtuvieron datos de las zonas urbanas del país, mientras que para las rurales se basaron en un análisis de las causas de fallecimiento de la población rural.
Su trabajo puso de manifiesto que, en el año estudiado, se habían producido en la India un total de 163.000 muertes relacionadas con el fuego, lo que representaba un 2% del total de muertes. Un 65% de esas muertes se había producido en mujeres; y la mayoría de ellas tenía una edad comprendida entre los 15 y los 34 años.

Estas cifras eran seis veces más altas que las que había registrado la policía en el mismo periodo.
"Una concentración tan alta de muertes sugiere que detrás existen causas comunes y compartidas", indican los investigadores en su trabajo.
Basándose en los datos de otras investigaciones, señalan tres principales factores: los accidentes de cocina (problemas con la combustión del queroseno, altura de las cocinas, inflamabilidad de las prendas); la autoinmolación (suicidio debido a problemas de violencia doméstica o pobreza) y homicidios derivados de distintas formas de violencia doméstica.
"Creemos que la mayoría de esas muertes pueden prevenirse con medidas políticas efectivas. [Para ello] son necesarias nuevas investigaciones y acciones que, de forma inmediata, hagan el mejor uso de la información disponible", señalan los investigadores, quienes citan como ejemplo a seguir las iniciativas llevadas a cabo en países desarrollados contra potenciales amenazas como el monóxido de carbono.