Agregó que fue ella quien cogió al comandante tras el disparo, porque no podía creer lo que estaba pasando. "Lo agarré del uniforme y le decía '¡mi comandante! ¡Respóndame!', pero ya era tarde", lamentó.
Lo más insólito fue que la suboficial reconoció que nunca antes había usado un revólver, pues durante los ocho meses que duró su preparación policial en la Escuela de Suboficiales de Cajamarca, no tuvo esa clase de entrenamiento.
Explicó que cuando vino a Lima tenía planeado terminar sus estudios en la modalidad de distancia. "Nunca he disparado con un revólver. He tenido práctica de tiro (de otra arma), pero nunca he disparado un revólver y me dieron un arma de reglamento... Así como le ha caído ese disparo a mi comandante, me pudo haber caído a mí o al técnico. Hubiera preferido ser yo para evitarme tanto dolor", relató la suboficial, que fue reina en un certamen de belleza en su cuidad.
Habla el choferA su turno, el padre de la joven policía, don Francisco Díaz (84), dijo que aún no entiende por qué su hija está en prisión. Aseguró que ella es buena y que jamás lastimaría a nadie.

A su vez, el suboficial Carlos Gómez Bazán, recluido en el penal 'Sarita Colonia', reafirmó su inocencia y sobre una Biblia, por los nombres de sus padres, juró que jamás ocultó la verdad.
"Apenas conozco a la joven. No tenemos amistad. El comandante fue quien disparó como 12 balazos. Lo que digo es la verdad, no tengo que encubrir a nadie, pero estoy acá", deploró.
Agregó que se enteró que la bala salió de la pistola de Marilin Díaz una vez que todo llegó a la Dirincri, pues antes pensó que había sido abatido por los delincuentes. "Nosotros estábamos manejando a 100 kilómetros por hora. Era difícil voltear a ver algo. Yo estaba preocupado por el carro, porque se me iba. Manejar a esa velocidad es complicado. No podía ver nada", recordó.
En tanto, durante un recorrido por las calles de la zona por donde los policías dicen haber pasado, varios testigos aseguraron haber escuchado disparos que solo provenían del patrullero de la policía, pero no de la supuesta Station Wagon, donde se habría escapado el delincuente.
Dicen que fue casualSin embargo, el Ministerio Público con la Policía Nacional concluyeron que de los tres efectivos, solo Marilin tenía restos de pólvora en las manos. También se estableció que nunca hubo una persecución y menos una balacera.
Pese a ello, ambos efectivos implicados mantienen su posición y afirman que el disparo fue casual.
El comandante Alex Arteaga tenía 51 años y estaba preparándose para ser pastor evangélico. Su esposa no quiso pronunciarse sobre el supuesto romance entre él y la suboficial.