Primero el asunto de la religión.

El artículo 4 dice que el Estado va a ser independiente de la religión, pero en realidad va a ser la religión de los pueblos originarios, tanto de las parte altas y de las tierras bajas, una especie de religión oficial. El otro aspecto peligroso es el asunto de los principios morales, donde bajo la frase de opción sexual e identidad de géneros se pone en vigencia el asunto del homosexualismo, del lesbianismo y otros, que están en contra de los principios de la Palabra de Dios”, dice Pastor Cleto Pérez, ex Constituyente.
Consultada sobre esta posición, la representante de Presidente Morales en el Departamento de de Santa Cruz, Gabriela Montaño expresó lo siguiente; “existen prácticas de culturas que tienen un nuestro país muchísimos años, son anteriores a la fundación del país de la República, siguen existiendo y seguirán perdurando por mucho tiempo y vemos en muchos casos que esto se ha ido fundiendo con otro tipo de creencias como lo es la fe católica”.

Respecto a la inclusión de leyes liberales que favorecen la homosexualidad y el aborto dijo la delegada; “el matrimonio entre homosexuales está más cerrado en esta constitución que en el actual. Tenemos objetivos del milenio, entre esos objetivos disminuir la mortalidad materna infantil eso implica que las mujeres y los hombres gocen de derechos sexuales y reproductivos que le garanticen una salud completa”.
Sin embargo, el liderazgo de las iglesias evangélicas de este país ha determinado desarrollar una serie de estrategias para informar y orientar a las congregaciones cristianas acerca del peligro que conlleva la aprobación de dicho proyecto de Constitución.

Así lo confirma Agustín Aguilera, miembro de la Asociación Evangélica de Bolivia, “fundamental para la iglesia ha sido estudios bíblico, mensajes y el texto del análisis del proyecto de constitución pero a la luz de la palabra de Dios, eso se ha difundido en todo Bolivia y también han elaborado para afuera anuncios televisivos y radiales, así como afiches con los temas”.
Este 25 de enero Bolivia votará para definir la aceptación o el rechazo de un nuevo texto Constitucional, que de aprobarse, no obstante la postura oficial del Gobierno, en criterio del liderazgo cristiano, se pondrá en vigencia postulados contrarios a la fe cristiana.