Hasta ahora, el Milan no había escuchado ninguan oferta por mí. Y cuando me llamaban yo contestaba que hablaran primero con el Milan”.
Y el Milan siempre dijo que no. Cuando llegó el Manchester City, aceptó negociar. “Y he pensado, quizás Dios mandó al City porque se convertirá en un gran equipo. He orado tanto estos días, buscando el camino de Dios y al final lo he encontrado”.

La felicidad de la familia es lo que cuenta para Kakà: “Ha sido una decisión difícil, con momentos bellos y malos. Mis padres están muy felices. Mis compañeros me hay ayudado y respaldado. Y quiero agradecerles todo lo que han hecho. ¿Si he pensado por un momento en irme al Manchester? Cuando el Milan me trasladó la oferta, comencé a reflexionar. Con la crisis mundial llega una oferta tan grande…”, pero parece que eligió quedarse.
Y terminó hablando del Inter: “Ha perdido en Bérgamo y ahora estamos más cerca. Debemos ganar algo este año”.