"Dios no dejará que suframos más de lo que podemos soportar"
lunes, 5 de enero de 2009
, Posted by Agencia la Voz at 21:47
ESPAÑA-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) Una gran sala situada en la planta baja del cine Capitol era desde hace años su lugar de encuentro. Allí acudían a escuchar las oraciones de los pastores Nicolás y Yolanda. Allí mismo, hace sólo una semana, la pequeña Sara, que murió el sábado al incendiarse su casa, participó en una fiesta de Navidad.
Ayer, esa pequeña sala congregó de nuevo a más de un centenar de feligreses evangélicos de la Iglesia de la Santidad Pentecostal. En esta ocasión para arropar a sus pastores, los padres de Sara.
"Sólo esperamos que nuestros otros hijos puedan superar el trauma"
Primero cantaron. Con las manos en alto y lágrimas recorriendo sus caras, corearon canciones que hablaban de Dios, de la fe y de la fragilidad humana. Luego callaron. En un emocionante silencio escucharon las breves palabras de dos padres golpeados por la tragedia.
"Vivimos en una constante sensación de pesadilla desde ayer por la mañana", comenzó Yolanda con sorprendente entereza. Dibujó a su pequeña Sara, de cuatro años, como una niña "inquieta y alegre" y recordó sus risas durante la comida del viernes, en la cocina de su casa. "Ésa es la imagen que me quedo", dijo, para concluir después: "Dios no dejará que suframos más de lo que podemos soportar".
A su lado, Nicolás, el padre de la niña, apenas podía contener el llanto. Con la voz entrecortada, se limitó a agradecer a todos los feligreses sus muestras de afecto y cariño durante las últimas horas. "Sólo esperamos que Caleb y Karen [sus otros dos hijos, de seis y siete años] puedan superar el trauma. Hoy se han quedado juntos viendo dibujos", añadió.
Caleb, que pudo salvarse de las llamas lanzándose desde el tercer piso a unos colchones colocados en el patio por una vecina, permanecía ayer ingresado en el hospital Puerta de Hierro. Hoy recibirá el alta. Mientras tanto, su tío Juan, que estaba al cuidado de los niños cuando se produjo el incendio, continúa en estado grave en el hospital Clínico. La niña será enterrada en Badajoz.
Por su parte, los agentes de la Policía Científica continuaban ayer trabajando para esclarecer las causas del fuego que arrasó la vivienda de la urbanización Somosaguas, en Pozuelo de Alarcón. Todo apunta a que se produjo un cortocircuito mientras la niña utilizaba un secador de pelo y que el fuego se extendió rápidamente y atrapó a la pequeña en el salón de la casa.
Ayer, esa pequeña sala congregó de nuevo a más de un centenar de feligreses evangélicos de la Iglesia de la Santidad Pentecostal. En esta ocasión para arropar a sus pastores, los padres de Sara.
"Sólo esperamos que nuestros otros hijos puedan superar el trauma"
Primero cantaron. Con las manos en alto y lágrimas recorriendo sus caras, corearon canciones que hablaban de Dios, de la fe y de la fragilidad humana. Luego callaron. En un emocionante silencio escucharon las breves palabras de dos padres golpeados por la tragedia.
"Vivimos en una constante sensación de pesadilla desde ayer por la mañana", comenzó Yolanda con sorprendente entereza. Dibujó a su pequeña Sara, de cuatro años, como una niña "inquieta y alegre" y recordó sus risas durante la comida del viernes, en la cocina de su casa. "Ésa es la imagen que me quedo", dijo, para concluir después: "Dios no dejará que suframos más de lo que podemos soportar".
A su lado, Nicolás, el padre de la niña, apenas podía contener el llanto. Con la voz entrecortada, se limitó a agradecer a todos los feligreses sus muestras de afecto y cariño durante las últimas horas. "Sólo esperamos que Caleb y Karen [sus otros dos hijos, de seis y siete años] puedan superar el trauma. Hoy se han quedado juntos viendo dibujos", añadió.
Caleb, que pudo salvarse de las llamas lanzándose desde el tercer piso a unos colchones colocados en el patio por una vecina, permanecía ayer ingresado en el hospital Puerta de Hierro. Hoy recibirá el alta. Mientras tanto, su tío Juan, que estaba al cuidado de los niños cuando se produjo el incendio, continúa en estado grave en el hospital Clínico. La niña será enterrada en Badajoz.
Por su parte, los agentes de la Policía Científica continuaban ayer trabajando para esclarecer las causas del fuego que arrasó la vivienda de la urbanización Somosaguas, en Pozuelo de Alarcón. Todo apunta a que se produjo un cortocircuito mientras la niña utilizaba un secador de pelo y que el fuego se extendió rápidamente y atrapó a la pequeña en el salón de la casa.
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